por Marika Maymard
La transmisión familiar permitió formar acróbatas a la vez excelentes y generalistas, capaces de especializarse luego y de convertirse, en función de sus aptitudes, en equilibristas a caballo, sobre alambre, sobre pedestal, sobre un aparato desafiando la pista o sobre cualquier aparato concebido para volver aún más compleja la actuación. Entre 1835 y 1840, los grotescos Guertner1 o Jean Gontard, “payasos” en prefiguración en la compañía del Circo Olímpico o el Circo Nacional, hicieron malabares con mazas o bolas sobre una pelota o sobre sillas apiladas como Auriol con botellas o “ensaladeras” girando en la punta de una varilla o sobre el lomo de un caballo.
La soltura, la destreza, la extrema concentración que constituye el conocimiento natural del artista de circo se exacerbaron en la figura del malabarista. Invertido sobre un aparato inestable del cual dos de sus pies apoyados en vasos, el malabarista equilibrista Pifar Shang sujetaba entre sus labios una copa llena de líquido para vaciarla, mientras hacía girar unos platillos. Desde finales de los años 1950, giró sin descanso en los circos y los cabarets de Europa. Los escenarios de una televisión naciente como la BBC lo invitaron en sucesivas ocasiones. Descubierto sobre las pistas de los circos Schuman y Medrano en 1950, luego sobre la de los Hermanos Knie al año siguiente, Little John – John Seidel –, el niño prodigio nacido en Dinamarca en 1940, conoció un destino paralelo, fulgurante, que marcó también al público del Festival Internacional de Montecarlo en 1975 y consagró la combinación de manipulación de objetos y equilibrios sobre soportes inestables o giratorios como el dispositivo de Charlotte Zerndt.
Caminar e incluso estar de pie sobre un alambre, flexible o tensado, requiere un gran dominio del cuerpo cuyo peso hace vibrar, plegarse o balancear el cable. La combinación con otra disciplina como la manipulación de objetos arrojados o el malabarismo, le añadió a esta dificultad, las perturbaciones para mantenerse en equilibrio con movimientos más o menos periódicos, continuos o discontinuos.
Vestido de cow-boy, Collins abandonó las... vacas para trepar sobre un alambre tensado y lanzar sus cuchillos a un blanco en movimiento, alrededor de su compañera Elisabeth. Siguiendo la misma tradición, dejó sus cuchillos para dibujar círculos con un lazo, siempre trepado a su cable tenso. Desde la infancia, Gipsy Bouglione2 siguió de manera asidua la enseñanza de su madre alambrista, y observó e imitó a los artistas que actuaban en el circo familiar, para asimilar las rutinas de malabarismo. A lo largo de su carrera como artista polivalente, utilizó la manipulación de globos, pistolas y otros objetos con los cuales realizó malabares, en el suelo y sobre cable. Al igual que el estadounidense Dieter Tasso, los Martini adaptaron al alambre la hazaña de origen chino, que consistía en lanzar con un impulso desde la punta del pie, una por una, cinco a diez tazas con sus platillos, hacia la parte superior de la cabeza, sin olvidar, al final, la cucharita.
En equilibrio sobre todos los soportes
En busca de formas espectaculares, los malabaristas desgranaron toda una gama de equilibrios aplicados a un amplio abanico de dispositivos o aparatos. Con una daga en la boca y una espada colocada en su punta y una bandeja con vasos apoyada en los puños, fue que el joven vietnamita Cho Quang Tje realizó equilibrios sobre la barra pesada de su trapecio Washington, que lo llevaba hasta el suelo. Practicado por Rogana o los Madcaps, el ejercicio llamado “punta a punta” fue ejecutado por Marco, totalmente invertido en backflip sobre una escalera. En Circus Incognitus, Jamie Adkins, en precario equilibrio sobre aparatos que parecían escaparle, manejaba objetos, desde los más familiares a los más insólitos. El passing colectivo combinado con un aparato deliberadamente en movimiento, como la báscula giratoria de la familia Gruss o el trapecio del colectivo AOC [Autochtone, 2009], amplió el espacio de la demostración, lanzando y cruzando objetos en dos dimensiones, vertical y horizontal. El intercambio a través de la pista y en diferentes niveles pone en juego relaciones y talentos singulares combinados en una actuación que es asimilada de manera diferente a la hazaña de un solista excepcional.
1. Escrito también Gaertener, o Gärtner.
2. Adoptara el apellido de Gruss después de su matrimonio con Alexis Gruss junior.