por Delphine Cézard
“No es fácil hacer reír siendo mujer. La gente se siente incómoda riéndose de una mujer que disfruta siendo ridícula, aunque lo haga bien.”
Roxanne de Bruyn – la payasa Greta
¿Qué género?
En el saber popular, así como en el imaginario colectivo, el payaso es una figura masculina. La oposición entre los estereotipos del payaso y la mujer impide que se asocien: el payaso representa las partes malas del hombre mientras que la mujer encarna el control, la belleza. Esta brecha es aún mayor en cuanto que corresponde a la diferenciación social entre el hombre y la mujer. La risa, como práctica social, participa en esta sectorización de género. La mujer es considerada pasiva y el hombre activo, la mujer receptiva y el hombre productor.
Plantearse si hay un perfil típico de payaso femenino es considerar los géneros como una división válida. Encontrarles características artísticas comunes es acreditar esta sectorización. Si existiese un perfil típico de payasa, este sería un tipo “social”: aquel que se enfrenta a las dificultades derivadas de la creación de las características de género. Por ejemplo, a pesar de ser mayoría en las prácticas, son menos numerosas en el mercado del trabajo y en los puestos de dirección o de puesta escena, e incluso el renombre es atribuido mayormente a los hombres. Las payasas brasileñas Marias de Graças, se consideran “mujeres que han organizado y desarrollado un savoir-faire artístico históricamente marcado por una presencia masculina, que ha generado una lectura cultural que hace imposible la existencia de mujeres payasas". De hecho, se plantean cuestiones relacionadas con el género. Explican ser “mujeres que trabajan de la risa y que han escogido el arte del payaso/a para expresar la vida cotidiana de las mujeres”. Del mismo modo, el grupo de payasas quebequenses Toxique Trottoir considera que "la estandarización de los cuerpos y modelos, así como el derecho a la diferencia dentro de una sociedad que estandariza cada día más, son temas que les afectan profundamente como mujeres y creadoras.
Su estilo depende de las mujeres, de las payasas que encarnan y de la sociedad dentro de la cual este proceso creativo toma forma. Como lo indica la payasa de origen español Alba Sarraute, solo se trata de “vivir como [una es]. Una mujer que conoce sus fortalezas y las usa para ir más lejos”.
¿De dónde vienen?
Considerando la clasificación de Howard S. Becker que incluye a los profesionales integrados a la mayoría, a los francotiradores cuyas obras sorprenden y a veces decepcionan al mundo artístico, a los artistas populares que producen en las prácticas comunes y comunitarias y a los ingenuos que son autónomos o incluso marginados, los payasos resultan ser en su mayoría francotiradores. De hecho, las payasas poseen orígenes variables y diversificados que se ven reflejados en su práctica artística, aunque estén a menudo cerca de las artes y de las ciencias humanas y sociales. Comediante, música, responsable de desarrollo social en empresas, profesora, ingeniera, actriz, payasa, son a menudo pluriactivas y polivalentes. Cuando no se trata de trabajo “alimentario” sino más bien de prácticas artísticas, la mezcla actúa a favor de la creación del payaso. Orianne Bernard – Ava la Dame en verte –, francesa, es una artista de circo, trapecista, pero también una traga-cuchillas de afeitar, capaz de colgarse por los dientes de una lámpara, hacer chispas con sus bragas de hierro y también payasa. Cristi Garbo, catalana, mezcla el cabaret, el music-hall y el canto con el clown. Ambas desarrollan personajes ultra femeninos que son reconocibles por su vestuario, un vestido de noche estereotipado y monocolor. Charlotte Saliou – Jackie Star –, francesa, pone su experiencia de cantante lírica al servicio de su payasa o de una situación de actuación de clown. En un video del espectáculo ElianeS (2011), mientras canta perfectamente delante de su maestra que le da indicaciones dudosas, un personaje desmadejado entra en escena, y la interpela : “nos tienes hartos con esos gritos. ¡Me haces doler la cabeza, pareces un becerro disfrazado de becerra!”. Mientras que el público cree que su maestra se levantará para interceder en su favor, se acerca a ella para besarla y confesar: “¡tengo la cabeza así!”.
El origen geográfico puede determinar en parte el enfoque de la payasa, pero también su elección de vida como mujer. En su artículo titulado “Palhaçaria Feminina : trajetoria e investigaçao e construcao dramaturgica de espetaculos de Karla Conca”, Ana Borges observa la cultura del payaso en Brasil a través de cuatro espectáculos, incluyendo uno de gesto, un segundo construido alrededor de un relato, otro hablado, y finalmente una última creación que incorpora los tres aspectos del vocabulario creativo.
Algunas payasas de países en donde las condiciones de desarrollo no son óptimas para las mujeres, ni tampoco para los payasos, emigran. Así, Alba Sarraute Pons, catalana, sigue primero a su marido a Sudamérica y luego a Bélgica, donde reside con el fin de beneficiar de los recursos existentes y de la proximidad con otros países europeos para trabajar allí. Neslihan Arol, payasa turca, vive en Alemania con el fin de completar un doctorado estrechamente relacionado con el payaso, titulado “Feminist Approaches to Comedy through Solo Performance Forms”. Ana Borges, al igual que otros, elige permanecer en su país para demostrar que no es una “palhaçinha”, diminutivo peyorativo a veces utilizado en Brasil, ni una clown agresiva o condenada a esconderse detrás de la ropa de los hombres y menos aún una payasa de entretenimiento para niños.
¡Mujeres para todo!
El estilo de las payasas se caracteriza por la diversidad: trashs o balloons – que designan a las escultoras de globos en las fiestas de cumpleaños y de otras animaciones comerciales – fuera de género, ingenuas, interpretando el género, interviniendo en un hospital, en la calle, en un teatro, en el circo tradicional, en el nuevo circo, la lista es aún más extensa, ya que no dudan en jugar en varios terrenos y con varias cartas al mismo tiempo. Gardi Hutter, payasa suiza, encarna a un ratón en su espectáculo mudo So Ein Käse y a una costurera en su espectáculo epónimo Die Schneiderin. Las clowns de ElianeS, Charlotte Saliou, Lula Hugot, Diane Bonnot y Laurence Cools, se embarcan en la aventura de los payasos sin narices y no temen jugar con lo trash o lo absurdo, cuando una de ellas llega por ejemplo al escenario tambaleándose sin articular: “estoy molida, soy un desperdicio, arrójenme en la acera y llamen a los recolectores de basura. Quiero deshacerme de mi, soy un flagelo, soy un flagelo, deben vacunarse; háganme un papanicolaou e inocúlenselo”.
Otros espectáculos se distinguen por su dramaturgia teatral. La compañía francesa l’Entreprise pone en escena al Augusto de Catherine Germain, Arletti, tan cándido como inteligente. En el espectáculo Nez à nue (2012) de la Cia Terre Sauvage, la francesa Sabrina Maillé explora el aspecto erótico, sexual y carnal de su payasa. En una búsqueda de identidad que pasa por ponerse al desnudo en el sentido propio, el cuerpo sirve de soporte del tema, y al igual que la nariz, se lo olvida. En el espectáculo siguiente, Créature, encarna un personaje asexuado. Fiona Gordon y su esposo, Dominique Abel, utilizan el burlesco y el payaso en el cine, en películas cercanas al universo de Tati y de Charly Chaplin. A través de decorados simples, de situaciones cómicas, de personajes cautivantes y desopilantes, muestran lo irrisorio y la belleza de la humanidad.
Después de su experiencia con la Clown Alley del circo tradicional Ringling Bros. y Barnum & Bailey (Legends, 2014-2016) para el cual su género fue invisibilizado por su traje y su rol, Mariko Iwasa, payasa japonesa que vive en los Estados Unidos, ofrece otros tipos de actuaciones de mimo o intervenciones habladas. Algunas mujeres han adaptado la actuación del payaso a los centros hospitalarios, tomando así un lugar a menudo superior en número y en fama a la de los hombres. Así, Caroline Simonds (Dr. Girafe) payasa norteamericana, formada en el Clown Care Unit du Big Apple Circus, fundadora del famoso Rire Médecin en Francia o Mélissa Holland (Dr. Fifi) de la Fundación Jovia en Quebec.
Ingenuas como las payasas francesas (Mademoiselle Cerise), Hélène Gustin (Colette Gomette) ou Mériem Menant (Emma la clown) o con un humor áspero como Caroline Obin (Proserpine) o Elsa Foucaud (Zael Foucade), ofrecen una paleta variada de actuaciones y risas.
Ejemplos de payasas francesas Lory Leshin (Jeep tout terrain) originaria de los Estados Unidos, Laura Herts (Mme 100 000 volts), Janie Folet, Roseline Guinet (Mme Françoise), la perentoria payasa-jefe de los Nouveaux Nez, Daphné Clouzeau (Rosie Volt), Nathalie Masséglia (Mazarine, en Régis est une conne), Sky de Sela originaria de Quebec, Maïwen Braud, tambien de Quebec, Adrénaline (Francine Coté), Martine Perreault, Pétula (Amélie Murdock), Soizick Hébert, Mélanie Raymond, Nicoletta (Nicolette Hazewinkel), las brasileñas Karla Conca (Indiana da Silva), Adelvane Néia (Margarida), Michelle Silveira (Barrica), Silvia Leblon (Spirulina), Andrea Macera (Mafalda Mafalda), Manuela Castelo Branco (Matusquela),la sueca, Angela Wand, la española Pepa Plana, figura de Amaluna (Cirque du Soleil), la española de origen ruso, Polina Ganshina, la canadiense Sue Morrison y la estadounidense Hilary Chaplain, la turca Sena Taskapilioglu, la alemana Die Maiers, nos llevan a considerar la muy amplia diversidad de mujeres payasas de hoy en dia.